Por Nacho Eguiarte

Tiempo y dinero son enemigos algunas veces para poder vacacionar en un escenario diferente. Pero podemos vecer a ese enemigo, porque vacacionar no es sinónimo de irnos de la ciudad, vacaciones es sinónimo de diversión y esa diversión la podemos procurar haciendo cosas que normalmente no hacemos por falta de oportunidad en nuestra misma ciudad. Opciones para divertirnos en nuestro terruño las hay y vamos a dar una rápida revisión por ellas a manera de categorías.

Histórica. Conozcamos nuestra ciudad desde el punto de vista histórico, visitemos nuestro centro donde por lo regular, aún en lugares pequeños, hay arquitectura de otra época que podemos admirar. También es común que los ayuntamientos programen actividades como recorridos guiados, eventos de música en la plaza, exposiciones artesanales, etc. La idea es que mires tu propia ciudad como lo haría un turista, con ojos de encanto y admiración, eso generará un sentimiento de orgullo por tu tierra y hará que la aprecies mucho más.

Natural. Las ciudades están asentadas sobre asfalto, pero eso no quiere decir que dentro de ellas o en sus inmediaciones no haya algún área conservada como pulmón urbano; parques, bosques, reservas ecológicas pueden convertirse en un destino fabuloso para para descansar del ajetreo, gozando un aira más limpio y dejándonos arrullar por los sonidos de la naturaleza. Dependiendo de tu ciudad puede que haya algún río, lago o cañada donde se pueda organizar un día de campo o una caminata. Lo único que te pido es que no violentes esas zonas naturales, si llevas alimentos no dejes basura, cárgala de regreso a casa y no enciendas fogatas o de hacerlo asegúrate más de una vez que queden apagadas, tenemos pocas áreas naturales y demasiados incendios al año; no podemos darnos el lujo de perder un solo árbol. Tu ánimo en esta opción debe ser el de un explorador en la aventura más grande de su vida.

Cultural. La cultura no es aburrida, puede ser intimidante pero no aburrida. El mejor ejemplo es que cuando vamos a otro destino no falta que nos adentremos a un museo y veamos lo que ahí exponen, curiosamente en nuestra propia ciudad jamás los visitamos. El acercamiento que hacemos cada uno a la cultura es lo que determina que tan mágica resulte la experiencia, se de entrada te programas a que te aburrirás, terminarás aburrido. Es importante cultivarnos porque eso nos da la oportunidad de expandir nuestra manera de pensar. Esta vacación puede ser la oportunidad ideal de ir abriendo nuestra mente a cosas nuevas, el cambio siempre será bueno aunque nos provoque un poco de miedo, máxime que muchos de los museos y recintos culturales ofrecen el acceso gratuito.

Entretenimiento. Hay mucho teatro local cuyas entradas no sobrepasan los 150 pesos, en ellos se muestran obras de poca producción monetaria pero llenas de actuaciones excelentes e historias seductoras. El cine de arte es por lo general exhibido en salas que cobran pocos pesos. Conciertos de jazz, clásico, rock local, trova, etc; se puede apreciar en festivales de verano que cobran una cantidad mínima o a veces por nada pues son organizados por las dependencias de cultura de los ayuntamientos. Busca en el periódico o internet para enterarte de los acontecimientos de tu ciudad.

Un consejo para finalizar, viste como turista, actúa como turista, lleva incluso tu cámara fotográfica, todo en aras de que tu visión sobre algo habitual se convierta en extraordinaria. ¿Platícame que actividades de vacaciones has realizado en tu ciudad?

El artículo “Vacaciones sin dejar la ciudad” primero apareció publicado en el Blog de Organización NACHOrganiza