Por Nacho Eguiarte

Una de las conductas que más problemas puede ocasionar es la compulsión por comprar. Esta compulsión no solo pone en aprietos la casa, pues llega a saturar los espacios de almacenaje. También provoca muchos problemas a nivel personal y familiar; las compras compulsivas provocan en ciertos casos, la debilitación financiera de los ingresos familiares. Se compra en tales cantidades que por lo regular se acude al crédito, saturando en un corto tiempo todos de los que se disponga. Tarjetas de crédito bancarias, créditos de tiendas departamentales, el abonero, hasta el tendero llegan a tener una línea crediticia con quien padece la compulsión por comprar, hasta que un buen día el cable se revienta y la falta de dinero comienza a provocar la falta de pago y con ello el pago de intereses moratorios. Eventualmente, se cae en la mora total, cuando ya no se busca el modo de pagar, solo de hacerse de la vista gorda.

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Podría pensarse que la compulsión por comprar termina ahí. La realidad es que no. Precisamente por tratarse de una compulsión, el individuo no puede parar, se trata de una adicción, de una necesidad más allá de lo comprensible. El adicto comenzará a buscar la manera de seguir comprando, solicitando préstamos a familia, amigos, empleadores, acumulando deuda y escarnio al momento no de poder pagar.

Estos individuos requieren de una atención especial, necesitan un terapeuta, porque la emoción de comprar no se relaciona solamente con la adrenalina de sentirse poderoso por un momento mientras se compra. Todo tiene un trasfondo más complejo; se está buscando inconscientemente subsanar problemas del pasado; se quiere evitar un vacío emocional ya sea por una pérdida, por un trauma o por alguna otra razón que dejó una marca profunda en la psique del individuo.

En el quehacer del Organizador Profesional, toparse con una persona que padece compulsión por comprar es pisar terreno delicado. Una manera como puedo reconocer a esa persona es por el abarrotamiento de su espacio; el truco es que ese abarrotamiento esta predominantemente marcado por bolsas de tiendas, paquetes de compras por correo, prendas con sus etiquetas y utensilios diversos aún en sus paquetes originales. En ese momento a una persona con estas características tengo que decirle, sabes, necesitas una ayuda que no te puedo proveer, pues yo puedo poner tus cosas en orden, pero tus emociones y pensamientos no. Ahí vendría la ayuda profesional de un Psicólogo o un Terapeuta que ayude con el aspecto emocional de la ecuación.

La intervención familiar es importante, pues ser comprador compulsivo es equiparable a una adicción a sustancias, el individuo no comprende del todo la razón que lo lleva a la compulsión y le resulta difícil detenerse. La familia es el sistema de soporte para estas personas, o en casos especiales sus amigos. Con la ayuda encaminada de Profesionales y seres queridos este padecimiento se puede controlar y resolver.

Bien es cierto que la sociedad mercantilista en que vivimos no ayuda. Miramos a cada momento anuncios que nos dicen abierta o veladamente que debemos comprar tal o cual producto para ser mejores, para ser más felices, para ser exitosos, para ser alguien; no olvidemos que somos alguien que no necesitamos comprarnos algo que nos valide como personas. Por cierto este padecimiento se le conoce como Oniomanía o Trastorno de Compra Compulsiva (TCC) y esta catalogada como trastorno psicológico por eso la insistencia en atenderse profesionalmente.

El artículo “Compulsión por comprar” escrito por Nacho Eguiarte apareció publicado primeramente en NACHOrganiza Blog de Organización Profesional en Español.