El Día de Muertos en México, es una de las celebraciones más coloridas, más ricas en tradición y quizá de las más antiguas, pues es una herencia de más de 3,000 años desde los pueblos mesoamericanos, que se sincretizó con las imposiciones de los conquistadores católicos. Además de haber sido declarada Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad por la UNESCO,  la fiesta de Día de Muertos trae consigo la espiritualización, nos hace conscientes de que somos parte de la tierra, hemos sido creados de barro y al barro volveremos, dejando nuestro envase material para incorporarnos al cosmos, en forma de alma, de esencia vital.
image
De los elementos que más identificamos están por supuesto los altares, que con sus inconfundibles colores naranja de las flores de cempasúchil y el morado del papel picado, se unen a los olores de los panes de muerto, de la parafina quemada, de las viandas que nuestros difuntos, recordados con cariño, tristeza y alegría a la vez, recibirán como ofrendas. Por una noche queremos estar de nuevo con ellos, al menos en espíritu. Quemamos incienso o copal para indicar el camino de regreso a casa. Esta conexión nos ha de preparar, para que en un futuro, que esperamos no sea tan cercano, nos ayuden a cruzar al más allá.
image
En Guadalajara además, hay otro evento que se enlaza con el festejo de Día de Muertos, que además forma un puente de celebración con la Navidad, la Feria del Cartón y del Juguete Mexicano, con 5 décadas, nos ofrece juguetes artesanales en madera y cartón como las famosas monas o las máscaras; dulces típicos sin olvidarnos de las calaveritas de azúcar con el nombre en la frente. Puedes visitarla en el perímetro del Parque Morelos (Calzada Independencia entre Juan Manuel y San Diego)
image
image
image
image
image
Festejemos con temor, con gusto, con alegría y también, como buenos mexicanos, con un poco de mofa el momento de la muerte. El vivo se va a la fiesta, al alboroto y el muertito se queda en el pozo. Glorifiquemos con un altar, con una calaverita de azúcar, con una buena calabaza enmielada, que la muerte es cosa de todos los días, es un destino inevitable, que si bien la encontraremos eventualmente, no queremos que sea en fechas demasiado próximas.
image
image
Este año no me ha sido posible, pero quiero planear una vuelta a Michoacán, dónde la celebración de Día de Muertos es majestuosa, llena de tradición y espiritualidad. Por lo pronto te invito a repasar la obra de José Guadalupe Posada autor de La Calavera Garbancera bautizada por Diego Rivera como La Catrina, convertida en un ícono en este festejo. Casi lo olvido, nada más apropiado para estas fechas que una buena taza de chocolate con pan de muertos
image
image
El artículo “Día de Muertos” escrito por Nacho Eguiarte, apareció publicado primeramente en NACHOrganiza Blog de Organización Profesional en Español