Por Nacho Eguiarte

Hay una razón por la cual los pintores siempre comienzan en un lienzo en blanco, les permite imaginar un mundo a plasmar en su obra. Del mismo modo para aquellos que les resulta difícil organizar su entorno, la idea de comenzar con una mente en blanco al igual que ese espacio a ordenar, es quizá la mejor manera de hacerlo, sobre todo si no eres bueno con las habilidades para manejar de manera abstracta el concepto espacial.

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Aprovisiónate de tiempo. Usar una técnica de lienzo en blanco requiere más tiempo que otras; la razón es que tendrás que sacar todo lo que haya en donde quieres organizar, la ropa del clóset o cómoda, los utensilios y víveres de los gabinetes de cocina, etc. Además debes hacerte mucha paciencia para no caer en la desesperación de ver todo apilado, por ejemplo, en la cama y los cajones pelones.

Evacuar el espacio. Como te comentaba en el punto anterior, es necesario que saques todo de adentro, lo lleves a una pila de modo que te deje espacio para trabajar y puedas visualizar la magnitud real del clóset, cajonera o gabinetes. Eso hace que tu cerebro no se congestione mirando lo que hay dentro, al mismo tiempo que lo ayudar a imaginar cómo puede quedar ese rincón.

Purgar las cosas. Ya miraste el espacio que dispones, ahora viene el proceso a la inversa, empezarás por analizar las pertenencias y determinar al vuelo si es algo que usas poco, mucho o nada, si es bello, útil o está en buenas condiciones. El ejercicio de hacerlo automáticamente va diciéndole a la mente que es susceptible de eliminarse y que de conservarse. Ahora lo que no tiene más cabida en tu espacio se purga.

Retomar el espacio. Ya elegiste que conservar y que no, ahora puedes disponer de las posesiones, irlas depositando en su lugar por tamaño, frecuencia de uso, color, estilo, etc., tu mente ya se habituó al contenido y casi de seguro lo agrupaste al decir si lo conservabas. Esos grupos que fueron cayendo casi por si solos en las categorías precisas son los que tomarán el lugar de lo evacuado.

Lo que se fue. Eso que ya decidiste inútil, obsoleto, inservible, lo destinarás a una donación, a un cesto de basura o a un reciclaje, todo va a depender de las condiciones últimas en que se encuentre y si alguien puede sacar ventaja de ello.

Para muchos este método puede ayudarles a adquirir habilidades de organización pues es común que al no poder imaginar el espacio terminado, le asalte la ansiedad de no saber por dónde empezar. ¿Crees que a ti te resulte el lienzo en blanco o ir sacando de poco tus pertenencias?

El artículo “La mente en blanco, el espacio también” primero apareció publicado en el Blog de Organización NACHOrganiza