Hace varios días empecé a utilizar TED una aplicación en iPad que contiene una serie de presentaciones de temas diversos. Una de las pláticas dictada por Barry Schwartz, era la ponencia acerca de cómo hoy por hoy, contamos con tantas opciones para tantos asuntos cotidianos, dando como resultado que, muchas opciones resultan en parálisis.
Al presentarse el momento de la elección, por regla general terminamos en una maraña, tratando de “decidir de manera correcta”. Llegamos a experimentar cierta ansiedad, tomamos más tiempo del necesario para decidir; después con le decisión hecha y ejecutada, sobreviene la duda otra vez; ¿Acaso elegimos bien? Con tristeza podemos decir, que hay personas que se sienten tan ansiosas, con el proceso previo y posterior, que optan por tomar la menor cantidad de decisiones en la vida; no importa si conlleva evitar a toda costa decisiones más importantes.
Acciones a tomar para no caer en la parálisis
Distinguir. Casi toda decisión cae en una de dos categorías, o es trivial como elegir los aderezos de la hamburguesa, o es importante como decidirse por una carrera universitaria. Por tanto sabiendo en qué lado de la cerca va la elección ayuda a acortar el tiempo y la seguridad de ejecutarla.
Trivialidad. Toda decisión trivial se ha de tratar del mismo modo. No estamos haciendo ciencia, solo queremos saber que nos apetece más o que pantalón nos hace sentir más a gusto con nuestra figura. Si por alguna razón la decisión tomada no es adecuada, elegimos otro sabor o cambiamos la prenda. Más simple no puede ser. No perdamos tiempo. Aún si por algo no podemos deshacer la decisión o virarla, no pasará nada, nadie morirá y a lo mucho tendremos una pequeña desazón. Una decisión trivial no debe causar conflicto ni tomar demasiado tiempo, si lo hace, revalora tu concepto de trivialidad.
Importancia. Las grandes decisiones, o de importancia, requieren que reunamos elementos para juzgar y determinar un veredicto. Entonces, acopia información que te lleve a sopesar beneficios y desventajas, después decide. Ahora, una decisión importante, también puede ser cambiada o echada para atrás, no te sientas mal por eso. Podrá ser que te cueste una cantidad de dinero, o tal vez tiempo que no recuperarás, pero es preferible ver eso como una inversión. Hay que recordar que las decisiones importantes, se toman en cierto momento de la vida; después de transcurrido un tiempo, puede que la decisión que tomamos ya no sea la adecuada. La vida se hace de elecciones y ellas implican cambio ¿Por qué sería raro cambiar una decisión de importancia a la mitad del camino? Cambiar de rumbo no es malo, lo malo es quedarse en curso de colisión.
La paradoja de la elección como la llama Schwartz es que lejos de hacernos sentir más libres, la cantidad de opciones a elegir nos lleva a una especie de encadenamiento, una parálisis. Como perro en carnicería dice un dicho, vemos tanto que podemos tener, que no elegimos en absoluto, además, nuestras expectativas se van al cielo, dejándonos inconformes con cada una de las decisiones tomadas, porque tal vez, la otra opción era mejor. Tenemos que elegir, hay que equivocarnos, hay que hacer correcciones, es el juego de la vida.
El artículo “Muchas opciones resultan en parálisis” escrito por Nacho Eguiarte apareció publicado primeramente en NACHOrganiza Blog de Organización Profesional en Español.