La tercera edad empieza por ahí de los 60 años. A esa edad somos más sabios y más experimentados. En el ámbito laboral, la vejez comienza antes. De acuerdo a las ofertas de trabajo publicadas, eres viejo a los 35 años. Realmente no lo eres, pero para el mercado laboral alcanzar esa edad, es tabú. Si por algo tienes el infortunio de un despido del trabajo, por las razones que sean, te resultará más difícil conseguir un empleo, pues estás en una etapa que ya no rindes los mismos frutos que un joven, al menos el empleador es lo que considera. La realidad nos golpea duro en esos casos. Somos un país de jóvenes, la mitad de la población tiene menos de 26 años.
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¿Soy realmente viejo a los 35?
De ningún modo, después de los 35 aún tenemos mucho que ofrecer, es verdad, tendremos que actuar entonces con sensatez e inteligencia para romper los filtros que nos impiden acceder a trabajos después de esa edad. Algunos consejos basados en experiencias de amigos son.
Preparación. Es importante estar en continua preparación, leer, estudiar, tomar cursos, pero aquellos que representan conocimientos prácticos. Son pocos los empleos en dónde reconocerán que un título de posgrado es deseable o sinónimo de capacidad. Generalmente es bueno cuando se busca trabajo en gobierno o de tipo académico. Ostentar muchos títulos pueden ponerte en la idea de estar sobre calificado para un puesto y por tanto no serás sujeto de contratación.
Currículo. Debes tener un currículo actualizado, pero que no sea obeso. Por regla general los departamentos de Recursos Humanos, buscan individuos que estén preparados y lo sepan exponer en pocas palabras; hechos son amores dicen por ahí. Un currículo gordo es una invitación a que sirva de calza para la puerta. Dos hojas deben ser suficientes para hablar de lo que eres capaz. Lo que importa realmente es que has hecho los últimos años, pues reflejan tu experiencia inmediata.
Flexibilidad. Básico es tener flexibilidad y disposición. Conozco gente que permaneció sin empleo por dos años, pues anhelaban una posición similar a la que tenían. El mercado laboral es muy peleado, y poco receptor, te van a ofrecer trabajos que no son exactamente los que hacías, con ello, los salarios tal vez no sean tampoco los ideales. Tienes que tener fría la cabeza y pensar en que lo prioritario es tener un sustento. Sobre la marcha puedes ir mejorando tus expectativas, tampoco se trata de venderse por poco. Se trata de encontrar el balance entre lo que te ofertan y tus demandas sin ser irracional.
Tocar puertas. Mira en todas direcciones, un amigo terminó dando clases en bachillerato después de no conseguir empleo en su área de experiencia inmediata. Ahora ha forjado una carrera completamente nueva como académico. Tocó una puerta distinta, una que jamás pensó sería opción, al final fue la mejor. Cambiar de carrera o darle un giro a la que tienes no es malo, es sinónimo de evolución.
Recursos. Hoy por hoy, el periódico ya no es una buena fuente para encontrar empleo. Busca entre conocidos, nunca en actitud derrotista, siempre con la confianza que encontrarás algo. Usa los recursos en línea, pues las empresas más grandes y serias ahora usan tales recursos para hacerse de personal calificado. LinkedIn, Opción Empleo, OCC Mundial son algunas bolsas de trabajo.
Se fiel a ti mismo. Fidelidad y confianza son necesarias, para que con ello te sobrepongas a cualquier negativa porque tu edad rebasa el límite fijado. La seguridad es una herramienta que puede posicionarte frente a un reclutador, mientras este sacude un poco la regla, mirando lo que puedes ofrecer y no detenerse en un número que no define la capacidad.
El artículo “Viejo a los 35” escrito por Nacho Eguiarte apareció publicado primeramente en NACHOrganiza Blog de Organización Profesional en Español.